El poeta Gustavo Adolfo Bécquer

En general se reconoce que Gustavo Adolfo Bécquer (1836-1870) es el mejor poeta español del siglo XIX. Algunos de sus versos se han convertido en proverbios populares e incluso a principios del siglo XX, los regalos que se entregaban a las novias solían ir acompañados de un poema corto de Bécquer. Y es que, efectivamente, muchos de sus poemas giraban en torno al tema del amor. Cuando me trasladé a España, la moneda en vigor era la peseta y había billetes de 100 pesetas circulando que mostraban el retrato de Bécquer realizado por su hermano Valeriano.

 

Eleanor Turnbull señaló: “Su teoría era que la poesía debía ser breve y sin adornos; al igual que una chispa eléctrica, debía golpear los sentidos y huir. Con una idea se despiertan infinidad de ideas. Él es el poeta cuya ‘mano blanca’ ha tocado las cuerdas de su harpa para despertar ideas y sentimientos que nunca morirán”.

 

La poesía de Bécquer me pareció de algún modo melancólica y me pregunté si no sería eso lo que me atraía de ella, al igual que la música y poesía de Leonard Cohen.

 

Me encantan las librerías y tanto ellas como los libros sin duda están entre mis debilidades. La librería más grande de Madrid es la Casa del Libro, que está en la Gran Vía. Normalmente uso las escaleras en lugar del ascensor para ir de planta a planta y antiguamente solía haber en ellas carteles con imágenes y citas de los personajes famosos de la literatura. Allí encontré un póster de Bécquer con mi verso favorito: “Es muy triste morir joven, y no contar con una sola lágrima de mujer”.

 

Una compañera de trabajo puertorriqueña sugirió que esto significaba que para un hombre sería muy triste morir sin haber logrado hacer que una mujer se enfadara. Otra lo interpretó como que sería triste que ninguna mujer llorara en tu funeral. Pero, por su puesto, lo que él quería decir era que sería muy triste morir sin haber logrado que ninguna mujer te amara tan profundamente como para haber soltado al menos una lágrima por ti en algún momento.

 

Hablando de lágrimas, lo primero que descubrí de Bécquer fue la Rima 38:

 

¡Los suspiros son aire y van al aire!

¡Las lágrimas son agua y van al mar!

Dime, mujer, cuando el amor se olvida,

¿sabes tú adónde va?

Bécquer hablaba mucho sobre suspiros, ojos y lágrimas.  Parte de la Rima 20 dice: “Sabe… que el alma que hablar puede con los ojos también puede besar con la mirada.”  Y en la Rima 30 dice: “Asomaba a sus ojos una lágrima… Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?”

Si te han gustado estos versos, te recomiendo que leas las Rimas y Leyendas. Puedes encontrar unas de las rimas aquí:  http://www.los-poetas.com/a/beq1.htm

Y aquí: https://www.badosa.com/bin/obra.pl?id=p110

Al igual que el amor y las penas de amor, la poesía de Bécquer  es eterna.